En un sillón, al lado de una ventana, acurrucada al sol o bajo una lampara de noche, en casa o fuera de ella. No hay tiempo ni lugar definido para mi a la hora de entregarme cautivada a las hojas de un buen libro.
Es un trabajo inconsciente el de mi mente, el que hace que me desconecte y convierta mi imaginacion en un intangible proyector de imagenes. Cambian los escenarios, las epocas, las tematicas, eso es lo que enriquece .. la diversidad.
Con cada uno se genera una atmosfera particular que te envuelve, cautiva y te encierra en un recreacion imagenes y sentimientos que residen en cada palabra.
Sus hojas avanzan sin ser notadas, una tras otra, hasta que mis ojos se cierran abatidos por el sueño y el cansancio.
